Manifesto

"Mi abecedario: ABCD etc...Cuando me dirijo a mi mismo, ABCD es suficiente. Etc...es para los demas. Cuando anoto en un pedazo de papel una idea de novela, yo me entiendo. Solo la intencion quedo plasmada. Para que la novela exista, no hace falta mas que escribirla, que trabajar. Ya lo hare un dia, si necesito dinero. Por el momento, la idea me es suficiente. Pero una idea es dificil de vender. Lo que los clientes compran, es el trabajo.
(...)
Y con el trabajo, el encombramiento. Hay que valorizar lo que se le vende a los demas. Gruesos libros, obesos volumenes, albumes de varios kilos, peliculas de cinco horas, gigantismo, megalomania, novelones, tour de Francia. Y seguramente el arte no gana en esa traduccion. En cambio 'el artista" si. Y de entrada, una posicion social, aun si no siempre es envidiable. En todo caso, es el oficio lo que el publico aprecia, no la intencion. El estilo, ah!, el estilo! Que trabajo! Y sin embargo, la idea sola, de mi a mi, tenia ya su forma, su estilo. No hay nada que no este ya encarnado en este bajo mundo. Oh, claro, era chiquito, humilde, mal dibujado, con errores de ortografia, errores de proporcion, era ilisible... pero era! En todo caso, para mi era sufciciente. No era arte vendible. No era arte con trabajo. Era creacion, el relampago de la creacion ya, y el trabajo para despues..."

Del Manifiesto de la Auto-Escuela, de Roland Topor.